De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) en 2020 había 15.4 millones de personas de 60 años o más en México de las cuales 1.7 millones viven solas. Sólo 41.4% son económicamente activos, y 69.4% presentan algún tipo de discapacidad.
Del porcentaje que vive solo, 60% son mujeres (1 millón 048,426) y 40% son hombres (697,699). Su estructura por edad indica que 43.1% tiene entre 60 y 69 años, mientras que más de la tercera parte (36.4%) entre 70 y 79 años. Sólo entre 17.4 y 3.1% su edad oscila entre los 80 y 90 años o más, respectivamente.
Según la encuesta, 36.7% de aquellos que viven solos reciben jubilación o pensión; 21.7% están ocupados, pero no reciben prestaciones; 15.7% reciben aguinaldo y sólo 13.4% tiene vacaciones con goce de sueldo.
Entre las personas de edad que viven solas, la mayoría se atienden cuando tienen un problema de salud (96.8 por ciento). El IMSS es la principal institución a la que acuden para atenderse (30.7%); una cuarta parte (25.4%) va a los Centros de Salud u hospitales de la Secretaría de Salud y uno de cada cinco (20%), a clínicas o instituciones privadas.
Los gastos destinados por las personas de 60 años o más que viven solas para alimentarse son, en promedio, de $5,209 pesos trimestrales. En promedio, esta población gasta trimestralmente $112 pesos en medicinas, según datos de la Enadid.
De acuerdo con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), uno de cada cuatro latinoamericanos será mayor de 60 años en 2050. Esto convierte al envejecimiento poblacional en las Américas en uno de los más acelerados en comparación con otras regiones del mundo. Además, se estima que en aproximadamente 20 años, por primera vez, habrá más personas mayores que niños menores de 14 años. Para prepararse para este cambio y transformar el envejecimiento poblacional en una oportunidad para una vida más larga y con más salud es necesaria una respuesta inmediata y acciones lideradas por los países.
Con este objetivo, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la declaración del decenio 2020-2030 como Decenio del Envejecimiento Saludable, que está alineado con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas y consiste en diez años de colaboración multisectorial, concertada, catalizadora y sostenida para fomentar el envejecimiento saludable y mejorar la vida de las personas mayores, de sus familias y de sus comunidades.
Para lograr estos objetivos, el Decenio se centrará en cuatro áreas de acción:
Cambiar nuestra forma de pensar, sentir y actuar con respecto a la edad y el envejecimiento.
Asegurar que las comunidades fomenten las capacidades de las personas mayores.
Ofrecer una atención integrada y centrada en las personas, y servicios de salud primarios que respondan a las necesidades de las personas mayores.
Proporcionar acceso a cuidados a largo plazo a las personas mayores que lo necesiten.
Para el logro de las estrategias en cada área de acción es fundamental tener en cuenta los siguientes factores habilitadores:
Escuchar las diferentes opiniones de las personas mayores y propiciar su participación significativa y la de todos quienes conviven con ellas.
Fortalecer el liderazgo y la capacidad de adoptar medidas apropiadas e integradas en distintos sectores.
Poner en contacto a distintas partes interesadas a nivel local y global para que compartan sus experiencias y extraigan enseñanzas de ellas.
Impulsar la obtención de datos, la investigación y la innovación para acelerar la aplicación de dichas estrategias.
Esta iniciativa representará un gran reto para México ya que pasará de venir de un boom demográfico de jóvenes a un México con más personas de la tercera edad que requerirán buenos sistemas de salud, esquemas laborales y desarrollo económico.
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